La primera vez que me aventé a correr un 10K fue en 2007, como buena principiante hice todo aquello que no debes como cenar pesado, correr con ropa y tenis nuevos, no calentar, no estirar, e irónicamente logré un muy buen tiempo… aún recuerdo el gozo con que corrí despreocupada e indiferente durante 55 minutos así como la felicidad que me dio poder terminar y recibir mi primer medalla.
A raíz de esa maravillosa experiencia decidí “prepararme” para otros 10K, entrené durante 6 meses, apliqué “by the book” mis conocimientos en nutrición, calenté, estiré, me hidraté correctamente y monitoreé mi ritmo cardiaco durante toda la carrera, ¡qué estrés! Resultado: una hora cinco minutos, 10 minutos más que en mi primer carrera…
A lo que voy con ésta experiencia –definitivamente- no es a recomendarte que corras sin preparación, es para tratar de explicar como esa primera vez que no cargué con el bulto del perfeccionismo y de la preocupación lo hice, y lo hice muy bien. Para mi esto es un claro ejemplo de como con la cabeza puedes correr más rápido que con las piernas.
Después de muchos 10K comencé a incrementar distancia pero nunca con la intención de aventarme a las ligas mayores, era muy feliz estando en mi zona de confort hasta que Ricardo (mi esposo) me guiñe el ojo sonsacándome a correr mi (nuestro) primer maratón. Los que conocen de esto saben que tener número para correr el maratón de Chicago no es fácil, entré a una lotería y resulté ganadora, definitivamente ¡ya me tocaba! Al conocer la noticia me quedé pasmada, primero sentí emoción y alegría, después miedo, preocupación y estrés. Hoy, hoy ya no sé que siento…
Durante estos cuatro meses de entrenamiento he tenido un sin fin de experiencias y aprendizajes, no sólo me volví experta en fascitis plantar, tipo de pisada y tenis, también conocí gente maravillosa como Oscar mi masajista de descarga (emocional), gané humildad y un poco (sólo un poco) de tolerancia hacia los demás, aprendí a sonreír a los extraños, y –sobretodo- a entender que las reglas del juego no están escritas en ningún libro y no aplican igual para una persona que para otra.
¿Con la cabeza, el corazón o las piernas?
Hoy más que nunca estoy convencida que para poder correr un maratón no necesitas estar fitness, llevar dieta extrema o correr a 5 minutos el kilómetro, si bien el entrenamiento es importante, lo que necesitas es tener gran voluntad, entrega, disciplina y motivación. Vencer miedos, poner metas, fijar objetivos, y dedicar tus logros a las personas que más amas y han corrido de la mano contigo durante estos meses de entrenamiento.
A raíz de esa maravillosa experiencia decidí “prepararme” para otros 10K, entrené durante 6 meses, apliqué “by the book” mis conocimientos en nutrición, calenté, estiré, me hidraté correctamente y monitoreé mi ritmo cardiaco durante toda la carrera, ¡qué estrés! Resultado: una hora cinco minutos, 10 minutos más que en mi primer carrera…
A lo que voy con ésta experiencia –definitivamente- no es a recomendarte que corras sin preparación, es para tratar de explicar como esa primera vez que no cargué con el bulto del perfeccionismo y de la preocupación lo hice, y lo hice muy bien. Para mi esto es un claro ejemplo de como con la cabeza puedes correr más rápido que con las piernas.
Después de muchos 10K comencé a incrementar distancia pero nunca con la intención de aventarme a las ligas mayores, era muy feliz estando en mi zona de confort hasta que Ricardo (mi esposo) me guiñe el ojo sonsacándome a correr mi (nuestro) primer maratón. Los que conocen de esto saben que tener número para correr el maratón de Chicago no es fácil, entré a una lotería y resulté ganadora, definitivamente ¡ya me tocaba! Al conocer la noticia me quedé pasmada, primero sentí emoción y alegría, después miedo, preocupación y estrés. Hoy, hoy ya no sé que siento…
Durante estos cuatro meses de entrenamiento he tenido un sin fin de experiencias y aprendizajes, no sólo me volví experta en fascitis plantar, tipo de pisada y tenis, también conocí gente maravillosa como Oscar mi masajista de descarga (emocional), gané humildad y un poco (sólo un poco) de tolerancia hacia los demás, aprendí a sonreír a los extraños, y –sobretodo- a entender que las reglas del juego no están escritas en ningún libro y no aplican igual para una persona que para otra.
¿Con la cabeza, el corazón o las piernas?
Hoy más que nunca estoy convencida que para poder correr un maratón no necesitas estar fitness, llevar dieta extrema o correr a 5 minutos el kilómetro, si bien el entrenamiento es importante, lo que necesitas es tener gran voluntad, entrega, disciplina y motivación. Vencer miedos, poner metas, fijar objetivos, y dedicar tus logros a las personas que más amas y han corrido de la mano contigo durante estos meses de entrenamiento.
Fer bonita, te aseguro que quienes lean esto y estén con la duda de si correr o no un maratón, o quienes se inician en esta bella locura de correr; estarán irremediablemente condenados a hacerlo.
ResponderEliminarEs maravillosa la capacidad que tienes para decir en una "nuez", lo que la gente necesita para motivarse y atreverse a sus primeros 10km,sus 21km o su primer Maratón. Gracias y lo voy a compartir para que te sigan leyendo y sigamos aprendiendo de un Ser tan luminoso como tú Fernanda.
Saludos a Natalia y a Ricardo, a quien espero conocer pronto. Oscar
¡Tienes toda la razón! Piensa en un mantra y repítelo mientras corres. El mío es: "Cada paso que doy me siento más fuerte".
ResponderEliminarNo saques de tu mente a tu familia, muchas cosas te van a tratar de distraer...¡No te dejes! Tu puedes y lo harás genial, Fer.
¡Tienes toda la razón! Piensa en un mantra y repítelo mientras corres, el mío es: "Cada paso que doy me siento más fuerte".
ResponderEliminarNo saques de tu mente a tu familia, muchas cosas te van a tratar de distraer en el camino. ¡No te dejes! Tu puedes y lo harás genial. GO FOR IT, CHAMP!