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Algunos comen para vivir y otros vivimos para comer…
Podría parecer una pregunta tonta el cuestionar ¿Para qué comemos? En teoría comemos para mantener nuestras necesidades energéticas, regulando los procesos vitales para un buen funcionamiento del organismo. La nutrición es un conjunto de procesos biológicos, psicológicos y sociales. Es importante no renunciar a ninguna de estas tres facetas en la alimentación y enriquecer necesidades indispensables para la vida humana plena: emocional, intelectual, estética y sociocultural.
No sólo comemos por “hambre” y si muchas veces por “apetito”, ansiedad o placer. Decidimos que vamos a comer en función de alimentos que consideramos “ricos” así como las circunstancias sociales y psicológicas del momento.
Nuestro entorno social gira en “comidas” ¿Dónde comemos?,¿Cuándo desayunamos? ¿Un cafecito? Obvio acompañado de un buen pastel.
Las emociones influyen directamente en la forma de alimentarnos provocando que comamos sólo por hambre, o en su defecto por gula ¿Cuántas veces se nos han quitado las ganas de comer por ir acompañados del nuevo romance? Por el contrario, ¿Cuántas veces hemos convertido la caja de chocolates en nuestro romance?
No todos reaccionamos de la misma manera frente a los alimentos, por lo general el desorden se da en la calidad y no en la cantidad de alimentos, sumándole a esto que la industria alimenticia contribuye a conductas de gula a través de medios de comunicación, por un lado nos atascan de comerciales con puras exquisiteces y por otro nos echan en cara que somos ya el país más gordo, “Vivir mejor”.
¿Cómo controlar la ansiedad?
- Ubicar la causa del desequilibrio (dejar de fumar, pérdida de algún familiar, nuevo régimen alimenticio, etc.)
- Procura tomar dos vasos con agua antes de cada comida. Ayudará a sentirte satisfecho más rápido.
- Beber líquidos durante todo el día preferentemente agua o infusiones bajas en cafeína.
- Hacer mínimo 4 comidas por día, y no dejar pasar más de 5 horas entre las mismas.
- Procura alimentos con alto contenido en fibra (cereales integrales, frutas, verduras) y proteína (carnes, quesos, leguminosas) ya que contribuyen a una mayor saciedad.
- Evita alimentos ricos en grasas y azúcares (galletas, pasteles, helados) ya que presentan una baja capacidad de satisfacer el apetito.
- Realizar actividad física, oxigenando el organismo reduciendo los niveles de estrés y la ansiedad por comer.
- Procura colaciones bajas en kilocalorías, pero altos en fibra. Ej. zanahorias, jícamas y pepinos.
El primer y más importante paso para sentirnos llenos es recobrando la autoestima y reconociendo nuestras fortalezas y debilidades.
Recuerda que Somos lo que comemos Vs. Lo que gastamos.
Comencé tomando un vaso con agua antes de cada comida, tomando agua tibia con jugo de tres limones en las mañanas y me ha funcionado mucho. Gracias por los tips, Fer!
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