lunes, 24 de agosto de 2015

Miedo a engordar

Foto: Infocop
Mientras que para la mayoría de las personas comer es un placer, para otras puede llegar a ser un momento de crisis.

Como sociedad hemos sobrestimado el estereotipo de delgadez al grado que cada vez es más común la práctica de conductas alimentarias de riesgo como, dietas -muy- bajas en calorías, uso de anfetaminas, laxantes y el ejercicio físico en exceso.

El Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) es un problema de salud mental pública, cuya importancia ha sido reconocida desde hace muchos años en los países desarrollados, pero es hasta la década de los ochenta cuando en México se reconoce como un padecimiento psiquiátrico.

Aunque en nuestro país los datos no son muy precisos, se sabe que cada vez hay más personas (especialmente niños y adolescentes) preocupados por su apariencia física y con un fuerte miedo a engordar. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, 1.3% de los adolescentes se encuentra en riesgo de desarrollar un TCA.

Entre los 6 y 9 años el 50% de las niñas y el 30% de los niños han modificado sus hábitos alimenticios para bajar de peso. Ellen West*

Algunos factores de riesgo son:

  • Herencia. Existe evidencia sobre la influencia de factores genéticos en el desarrollo de este trastorno.
  • Sexo femenino
  • Baja autoestima
  • Padres sobreprotectores
  • Rasgo de personalidad obsesivo- compulsivo
  • Abuso físico, psicológico o sexual 
  • Presión del medio social (estereotipo de delgadez)

¿Influye internet y las redes sociales en el desarrollo de los TCA?

Hoy en día 63% de los mexicanos tiene acceso a internet y 9 de cada 10 internautas accede a redes sociales, podría atreverme a decir que en la actualidad  es la herramienta de educación -informal- más utilizada, por lo que para muchos este medio podría ser un factor de riesgo para propiciar (y solapar) conductas que promuevan un TCA. 
A mi parecer resulta muy aventurado responsabilizar sólo a internet sin antes hacer un análisis que nos lleve a poner en claro el origen del problema. Existen factores que predisponen la enfermedad y otros que la precipitan, lo que deja muy al margen la posibilidad de que las redes sociales propicien el desarrollo de un TCA.



Somos lo que comemos vs. lo que gastamos. 

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