miércoles, 7 de octubre de 2015

¿Cómo influye el estrés en el peso?

Foto: EUFIC
Jeny, una querida terapeuta alguna vez en consulta me dijo que el estrés no era más que vivir en el futuro, lamentándose del pasado. A mi parecer, lo definió tal cual.

Hoy en día el estrés es considerado la enfermedad del S.XXI por lo que debe tratarse como un problema actual de salud pública. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en México ocupamos el nada honroso primer lugar en estrés laboral, pisándonos los talones está china seguido de Estados Unidos. Y a todo esto, ¿por qué escribo yo un post sobre estrés? Pues porque es una de las principales causas de aumento de peso involuntario.

El estrés engorda
Cuando sometes al organismo a un constante y prolongado estrés, tu cuerpo atraviesa por reacciones químicas que pueden provocar altos niveles de glucosa en sangre, resistencia a la insulina, presión arterial elevada, lenta digestión, agotamiento (lo que te impide hacer ejercicio), pérdida de masa muscular, aumento del almacenamiento de grasa corporal y mayor impulso por comer.

¿Puede la dieta reducir el estrés?
Ayuda, aunque la clave del éxito está en encontrar la causa, tratar de aminorarla o aprender a vivir con ella. Lo primero que debemos hacer es alimentar bien al cerebro, este importante órgano sólo representa de 2 a 3% del peso corporal pero consume el 20% de la energía que comes. Consiente tu sistema nervioso e incluye:
  1. Hidratos de carbono: cereales, leguminosas (frijol, haba, lenteja, garbanzo), verduras y frutas.
  2. Ácidos grasos insaturados: salmón, atún, sardinas, aceite de oliva, aguacate, aceitunas, chía y nueces en general.
  3. Vitaminas del grupo B intervienen en diversas reacciones del sistema nervioso.
  • Tiamina o B1. Su deficiencia provoca irritabilidad nerviosa y depresión. Principales fuentes: cereales integrales, hígado de res, leche en polvo, huevo y frijoles.
  • Niacina o B3. Se encuentra en lácteos, huevo, pescado, carnes magras y nueces. Su carencia puede provocar deterioro mental.  
  • Piridoxina o B6. Ayuda a mantener sanas las neuronas, evita el nerviosismo y la fatiga. hígado vacuno y las almejas son la mejor fuente alimentaria.
  • Ácido fólico. De acuerdo a un artículo publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, tomar suplementos de ácido fólico y vitamina B12 pueden ayudar a mejorar la memoria y otras funciones cognitivas.  

El estrés debilita el sistema inmunológico, por lo que es necesario incluir alimentos ricos en antioxidantes como verduras y frutas de color intenso, nueces, semillas, té verde, ajo y salsa de tomate.


Recomendaciones generales
  • Duerme –por lo menos- 7 horas diarias.
  • No comas frente a la computadora. Dale el tiempo que se merece a tu hora de comida.
  •  Realiza actividades como yoga, meditación o tai chi.
  • Evita el consumo de café, té, alcohol, tabaco y otras substancias estimulantes.
  •  De ser posible haz una pequeña siesta después de comer.
  • Mantén actividad física regular.
Vive el hoy y recuerda que somos lo que comemos vs. Lo que gastamos.