Foto: EUFIC |
Hoy en día el estrés es
considerado la enfermedad del S.XXI por lo que debe tratarse como un problema
actual de salud pública. De
acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en México ocupamos el nada
honroso primer lugar en estrés laboral, pisándonos los talones está china
seguido de Estados Unidos. Y a todo esto, ¿por qué escribo yo un post sobre
estrés? Pues porque es una de las principales causas de aumento de peso
involuntario.
El estrés engorda
Cuando sometes
al organismo a un constante y prolongado estrés, tu cuerpo atraviesa por reacciones
químicas que pueden provocar altos niveles de glucosa en sangre, resistencia a
la insulina, presión arterial elevada, lenta digestión, agotamiento (lo que te
impide hacer ejercicio), pérdida de masa muscular, aumento del almacenamiento
de grasa corporal y mayor impulso por comer.
¿Puede la dieta reducir el estrés?
Ayuda, aunque la
clave del éxito está en encontrar la causa, tratar de aminorarla o aprender a
vivir con ella. Lo primero que debemos hacer es alimentar bien al cerebro, este
importante órgano sólo representa de 2 a 3% del peso corporal pero consume el
20% de la energía que comes. Consiente tu sistema nervioso e incluye:
- Hidratos de carbono: cereales, leguminosas (frijol, haba, lenteja, garbanzo), verduras y frutas.
- Ácidos grasos insaturados: salmón, atún, sardinas, aceite de oliva, aguacate, aceitunas, chía y nueces en general.
- Vitaminas del grupo B intervienen en diversas reacciones del sistema nervioso.
- Tiamina o B1. Su deficiencia provoca irritabilidad nerviosa y depresión. Principales fuentes: cereales integrales, hígado de res, leche en polvo, huevo y frijoles.
- Niacina o B3. Se encuentra en lácteos, huevo, pescado, carnes magras y nueces. Su carencia puede provocar deterioro mental.
- Piridoxina o B6. Ayuda a mantener sanas las neuronas, evita el nerviosismo y la fatiga. hígado vacuno y las almejas son la mejor fuente alimentaria.
- Ácido fólico. De acuerdo a un artículo publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, tomar suplementos de ácido fólico y vitamina B12 pueden ayudar a mejorar la memoria y otras funciones cognitivas.
El estrés debilita el sistema inmunológico, por lo que es necesario incluir alimentos ricos en antioxidantes como verduras y frutas de color intenso, nueces, semillas, té verde, ajo y salsa de tomate.
Recomendaciones generales
- Duerme –por lo menos- 7 horas diarias.
- No comas frente a la computadora. Dale el tiempo que se merece a tu hora de comida.
- Realiza actividades como yoga, meditación o tai chi.
- Evita el consumo de café, té, alcohol, tabaco y otras substancias estimulantes.
- De ser posible haz una pequeña siesta después de comer.
- Mantén actividad física regular.
Vive el hoy y
recuerda que somos lo que comemos vs. Lo
que gastamos.
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